Próximamente llegará un chaleco K vest y el año pasado se adquirió el Trackman 4 para las academias de golf. Se trata de dos equipos de vanguardia que sirven para el diagnóstico de los movimientos y la coordinación del golfista y que entregan importantes datos a los profesores para atender con precisión lo que deben corregir en el alumno y así, optimizar el entrenamiento. El Trackman es un radar que identifica cómo se mueve la cabeza del palo a través de la zona de impacto, entregando cifras de distancia, velocidad y vuelo de la pelota.
El chaleco de sensores K vest que llegará a finales de marzo permite identificar cómo se está moviendo el jugador en los diferentes ejes y planos de rotación. Tiene cuatro sensores, uno en la cadera, otro en el pecho, uno en la parte alta del brazo y otro en la mano, que analizan la secuencia biomecánica de la persona. Asegura el director de golf del Club, Juan Pablo Candela, que el K vest detecta hasta debilidades en la movilidad del brazo, generando un informe que puede entregarse a un preparador físico para que diseñe un plan de entrenamiento que le sirva como terapia al jugador para recuperar la movilidad normal.
La movilidad y la fuerza, especialmente en los músculos de la espalda y la cadera, son determinantes en el swing. Cuando estas tecnologías detectan dónde está el problema, es más fácil hacer la corrección para que el swing tenga velocidad, dirección y calidad del contacto.
También, aclara Juan Pablo, que esta tecnología se usa para los alumnos de la academia de golf en las categorías infantil, juvenil y adultos. Quien desee el análisis y no sea de la academia, debe pagar un diagnóstico individual.
Cuatro profesores del Club se encuentran en el proceso de certificación “nivel 1” de esa tecnología. Los profesores han mejorado sus clases, porque manejan conceptos de balística de la mano del Trackman.