Natalia visitó, con Historias que Inspiran, el Club Campestre de Cali para revelar cómo sus heridas se convirtieron en su victoria. Una heroína que murió y renació en el dolor y ahora inspira con su ejemplo.
Natalia no recuerda cuándo perdonó, pero sabe que debió renacer desde el 27 de marzo de 2014 cuando fue atacada por Jonathan Vega en la portería de su edificio. “No tengo la clave para perdonar, cada uno es un mundo diferente, pero sí puedo decir que soy un ejemplo de que el perdón existe y de que sí se puede dejar el pasado atrás y vivir tranquilo”.
Ella sabe que el dolor es innato en los seres humanos y que siempre va a estar presente en la existencia, pero asegura que una cosa es quedarse victimizado y otra diferente es agarrarse del dolor para salir victorioso. “Todo tiene un proceso, yo pasé por varias terapias, especialistas y principalmente me reconforté en mi familia. No hay un momento específico: Uno está cargado de uno mismo o se hace la vida a cuadritos o se hace la vida feliz, el poder de la mente es muy poderoso”.
Natalia visitó el Club Campestre de Cali, el jueves 19 de abril, e inició su conferencia con un video que reunía en fotografías varios momentos de su vida antes del ataque con ácido que le quitó abruptamente su identidad y en el que creyó morir. Poco a poco le contó a los 400 asistentes cómo su tragedia se volvió una lucha de muchas voces, de muchas manos que se unieron para reconfortarla, para sanarla y para crear con ella. Científicos, médicos especialistas, abogados, artistas, mujeres y hombres que anteriormente habían sido atacados con químicos y no tenían voz. “El tema era invisible, ni siquiera en la clínica donde me atendieron sabían cuál era el procedimiento para atender mi emergencia”.
Para Natalia es importante que Colombia siga estas historias de resiliencia, que evidencian cómo la vida renace y se puede tener esperanza ante barbaries como las que ella vivió.
“Mi historia inspira porque después de estar quemada y no tener identidad he logrado ser feliz y quitarme de encima prejuicios que tiene la sociedad sobre la belleza”.
Para no ir más lejos, hasta la fecha, sólo en el 2018, se han registrado 350 denuncias de violencia de género contra las mujeres en la capital vallecaucana y hasta abril se presentaron 16 feminicidios. “Tenemos que perdonar y reconciliarnos; la solución está en nuestras manos como sociedad. Hay que dejar tanto odio”, concluye Natalia.