Resturante San Joaquín
“Todo cambia y se transforma inevitablemente; la fotografía sustenta añoranzas de la existencia”. Armando Matiz
Las fotografías de Armando Matiz Espinoza reflejan un contraste de sombras, luces y colores y están cargadas de detalles y aspectos reveladores de las gentes, los campos y las ciudades. Su trabajo fotográfico más representativo forma parte del patrimonio nacional y reposa en el Archivo General de la Nación y en el Archivo de Bogotá.
El próximo jueves, 08 de noviembre, a las 7:00 pm en el restaurante San Joaquín del Club Campestre de Cali, lanzará su libro ARMANDO MATIZ FOTOGRAFÍA, una obra que contiene una selección personal del maestro, lograda a lo largo de su trayectoria de más de 60 años. En el marco del lanzamiento, habrá un conversatorio con periodistas y personalidades de la cultura.
Armando Matiz Espinosa ha dedicado su vida a capturar imágenes que han quedado en la retina de Colombia. Sus fotografías han sido publicadas en numerosos libros de gran formato, pero éste es el primero que contiene una selección personal de su obra de más de sesenta años, compuesta de paisajes urbanos y rurales, llanos, montañas, ríos y océanos, aves de colores y caballos cerreros y de gente en cuyo rostro se refleja la variopinta condición humana.
El libro hace una recopilación de imágenes en blanco y negro, técnica en la que Matiz es un gran maestro, hasta el punto de que la eleva a la categoría de arte, que realiza, no con pinceles, sino con su ojo de águila y su inseparable Rolley Flex. Su obra es un arte de matices de luces y sombras y de líneas sugerentes. En su libro, que se constituye en
el legado de su vida laboriosa, Matiz resume admirablemente un tramo de la historia del país, cuyos protagonistas anónimos aman, sufren, trabajan, luchan y a veces triunfan.
SOBRE ARMANDO MATIZ ESPINOSA
El fotógrafo Armando Matiz Espinosa nació en Santa Marta el 27 de junio de 1934. Cursó estudios en el Gimnasio de Santa Marta y en el Gimnasio Boyacá de Bogotá. Inició su carrera profesional en los años cincuenta al lado de su hermano, el maestro Leo Matiz, quien se con convirtió en su mentor y lo designó su asistente.
Su carrera comenzó en 1955 cuando en ausencia de su hermano Leo tuvo que tomar fotografías para la revista Lámpara sobre el reabastecimiento de combustible de la Texas
Petroleum Company a los aviones de guerra que visitaban la ciudad.
Como reportero gráfico de la United Press International, en los años sesenta cubrió acontecimientos en Venezuela, Panamá, Ecuador y Colombia, tales como la visita del Papa
Paulo VI, la Conferencia Panamericana de Caracas y los Juegos Olímpicos.
Trabajó en los diarios El Espectador, El Independiente y las revistas Semana y Diners y en varias campañas presidenciales. El diario El Espectador lo distinguió como “El Fotógrafo de Bogotá”, y el diario El Tiempo lo llamó “El fotógrafo de la nostalgia”.