La comediante, actriz y presentadora bogotana sacó lágrimas de la risa.
Mientras unos se sonrojaban, otros no se dejaron intimidar de la Azcárate quien con su buen manejo del escenario y su humor mordaz demostró, que en definitiva, no hay nada de qué avergonzarse.
Más de 500 personas se reunieron en la Terraza para escuchar las anécdotas y reflexiones de una mujer polémica y sin pelos en la lengua que dejó poco a la imaginación y sí mucho a las coincidencias en las vivencias de los asistentes, que soltaron sus carcajadas cuando se sintieron aludidos.
Socios y visitantes celebraron la audacia, la inteligencia y el atino de sus chistes y otros espectadores le recomendaron que montara un nuevo show en el que se pueda ver una nueva faceta de la cotidianidad en el ojo crítico de Alejandra Azcárate.