El esfuerzo de cada uno de nuestros colaboradores, el amor y la entrega para lograr el bienestar del socio y sus beneficiarios es la fuerza que mueve al éxito del Club Campestre de Cali.
Así se demostró en el segundo conversatorio de directivos y colaboradores del Club Campestre de Cali realizada el pasado 4 de marzo en el salón del Lago. El presidente Fernando de Francisco, el gerente Rolando R. Rojas y su equipo directivo expusieron ante los colaboradores la carta de navegación del Club, con una administración abierta y transparente mostraron importantes resultados en sostenibilidad financiera, pero en especial, empoderaron a su equipo de trabajo con resultados que siempre han dependido de la pasión y la alegría con la que se trabaja.
Nuestros directores de áreas nos compartieron sus retos y nos invitaron a trabajar en equipo, aportando ideas, con monitoreo, ahorro y mucha pasión por un Club en el que todos
quieren ser felices.
ENAMORADOS CON DAVID GÓMEZ
“Enamorar es un factor diferencial, y el mayor diferencial es uno mismo”.
Para el conferencista David Gómez las relaciones humanas en cualquier empresa siguen siendo el dinamizador y potencial de ventas y fidelidad de los clientes, más allá de las nuevas tecnologías y la innovación. “Uno debe conectarse con la gente, el otro nos debe importar, las relaciones son las que hacen la diferencia” respondió a la revista San Joaquín en su visita al Club Campestre de Cali.
Para el conferencista enamorar es sorprender, es reducir las angustias, es convertir lo ordinario en extraordinario, es dar un toque humano, es despedirse con estilo, es aprender
en equipo y cumplir sueños.
«Es el Club, con todos los colaboradores, la filosofía que tienen y la creencia de tener un propósito grande lo que los hace exitosos. Estamos sorprendiendo a la gente y podemos
dejar una huella no solo acá sino en todo el mundo, sólo se trata de enamorar. La espontaneidad, el ser genuino y hablar desde el corazón es la clave”.
«Puede cerrar más negocios en dos meses interesándose en la gente, que en dos años tratando de que la gente se interese en usted». Dale Carnegie